01 Mar Gràcia Pons, musicoterapeuta: «La intervención musical ayuda a restablecer el contacto con la realidad, permite ejercitar las capacidades cognitivas y fomenta también la relación social y la comunicación»
Si Gracia Pons Catchot fuera una melodía sería alegre y estimulante, pero también profunda y convincente, para que así suena cuando habla de Musicoterapia, la profesión que ejerce en Menorca, donde nació, y que cada semana le lleva a las Residencias Geriátricas y Centros de Día de Sant Lluís y Es Mercadal.
En sus sesiones semanales, Gracia intenta exprimir lo que le ha aportado su formación -es licenciada en Psicología y Master en Musicoterapia y estudió música en el Conservatorio de Menorca y en diferentes escuelas en Barcelona- y una experiencia profesional que ha combinado las tres disciplinas , hasta que en 2012 decidió dedicarse exclusivamente a hacer de musicoterapeuta. Con motivo del Día Mundial de este tipo de intervención terapéutica, hablamos con ella.
– ¿Por qué elegiste la musicoterapia como proyecto profesional?
Desde que me inicié en el mundo de la música, me habían hablado de la Musicoterapia, aunque yo tenía muy claro que quería estudiar Psicología. Cuando estaba terminando la licenciatura y tenía que decidir cómo quería seguir mi formación, coincidí con el Taller de Música que se hacía en la planta infantil de Oncología de Vall d’Hebron de Barcelona, a la misma hora en que yo iba de voluntaria con AFANOC (Asociación de familias y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña). Poder ver y experimentar cómo respondían los niños ingresados y sus familias ante la música, como, el estímulo musical era capaz de disminuir la angustia y el malestar, hizo que me decidiera a formarme en esta disciplina, con la ilusión de algún día poder convertir en mi proyecto profesional.
– ¿En qué se fundamenta la musicoterapia?
La música, como agente terapéutico, se describe, según el AMTA (American Music Therapy Association) como «la utilización clínica, y basada en la evidencia, de intervenciones musicales para alcanzar objetivos individuales o de grupo en una relación terapéutica, llevadas a cabo para un musicoterapeuta calificado «. La eficacia de la música como terapia está documentada en la historia y constituye la base para el desarrollo de la profesión del musicoterapeuta. En cualquier caso, los musicoterapeutas evalúan las capacidades y necesidades de los pacientes, diseñan e implementan intervenciones individualizadas y evalúan la eficacia de la intervención para satisfacer las necesidades previamente evaluadas. Las intervenciones se basan en la música y todos sus elementos: rítmica, melodía, actividades de canto, escucha, manipular instrumentos, composición, improvisación musical entre otros.
– ¿Qué beneficios tiene aplicada a las personas mayores?
El estímulo musical provoca una respuesta a nivel global en las personas. En cuanto a las personas mayores, el estímulo musical ayuda a restablecer el contacto con la realidad, además, permite ejercitar las capacidades cognitivas (atención, concentración, seguimiento indicaciones, memoria) a partir de los ejercicios musicales que se plantean. Fomenta también la relación social y la comunicación, además de ser una vía para la expresión de emociones entre otros beneficios.
– ¿Estos beneficios son comunes a cualquier colectivo?
Generalmente, la música gusta a la mayoría de las personas, por lo tanto, tiene mucho potencial como agente terapéutico en cualquier colectivo. Lo importante, es que el musicoterapeuta, evalúe las capacidades y necesidades de los pacientes con el fin de diseñar la intervención musical más adecuado, y posteriormente pueda evaluar su eficacia en la consecución o no de los objetivos.
– ¿Cómo nace la colaboración con las Residencias Geriátricas y Centros de Día de Sant Lluís y Es Mercadal?
A raíz de un proyecto de psicología, conocía de antes a Jessica Ametller, directora y gerente de los Geriátricos de San Luis y Es Mercadal, y me propuso que hiciera un proyecto para hacer una intervención en grupo en el Geriátrico de Sant Lluís que fue todo un éxito. Cuando se asumió la gestión del Geriátrico de Es Mercadal, se incorporó también el programa de musicoterapia, primero en el Centro de Día, y posteriormente en el Geriátrico.
– ¿Cómo están llevando a cabo ahora estas intervenciones?
Las sesiones de musicoterapia se hacen una vez por semana y tienen una hora de duración, excepto en Sant Lluís, que dura una hora y media. Son sesiones grupales en las que participan las personas con una capacidad cognitiva más preservada, aunque aquellas personas con un grado de deterioro más moderado, también participan de una manera más pasiva, o a veces con la ayuda del personal de los centros. Las sesiones que hacemos son de estimulación cognitiva a partir de actividades musicales. Lo que hacemos primero, es restablecer el contacto con la realidad a partir de la canción de bienvenida. Posteriormente, hacemos ejercicios de manipulación de instrumentos que nos ayudan a ejercitar las capacidades cognitivas de atención, concentración y seguimiento de consignas. A partir del recuerdo de la letra de las canciones, trabajamos la memoria. Las canciones suelen ir sobre un tema en concreto que nos ayudan a fomentar la comunicación, recordar anécdotas del pasado. Alguna vez nos inventamos letras para poner a una canción determinada o también escuchamos la historia de una canción y analizamos lo que ocurre.
– ¿Qué es para ti el más satisfactorio de estas intervenciones?
Lo más satisfactorio para mí es la reacción de la gente. Ver que personas que están ausentes tienen la capacidad de recordar letras de canciones, como se iluminan sus caras, y sobre todo la alegría que se genera.
– ¿Qué pedirías a los gestores públicos y privados con respecto a la Musicoterapia?
En cuanto a los gestores públicos, creo que lo más importante es la regulación de la profesión, ya que la Musicoterapia no está regulada como profesión en España, y este hecho es imprescindible para garantizar unas intervenciones de calidad, ya que en muchas ocasiones, nos encontramos centros y personas que están ofreciendo servicios de musicoterapia por personas que no están formadas como musicoterapeutas. En este sentido, las Asociaciones de Musicoterapeutas que están constituidas en las diferentes comunidades autónomas del estado español están haciendo mucho trabajo para conseguir que se regule la profesión. Tres comunidades autónomas, entre ellas Baleares a iniciativa de ABAMU (Asociación Balear de Musicoterapeutas), han aprobado por unanimidad los diferentes parlamentos PNL para pedir al gobierno central regular la Musicoterapia. Por otro lado también es importante, que tanto gestores públicos como privados, se aseguren que cuando están contratando un programa de musicoterapia, el musicoterapeuta esté debidamente formado, con los mínimos exigidos por la FEAMT (Federación Española de Asociaciones de Musicoterapia) para de ofrecer un servicio de calidad y evitar malas praxis.
– Algo que no te he pedido y te parece interesante destacar …
Es importante también hacer difusión de lo que es la profesión, de cómo trabajamos los musicoterapeutas, cuáles son nuestros objetivos. A veces, a ojos de los otros, vernos con una guitarra e instrumentos hace que algunas personas crean que somos animadores, o quieran intervenir en nuestro trabajo animando a sonar el instrumento a los usuarios o a hacerlos bailar, por poner un ejemplo, cuando tal vez el musicoterapeuta les ha dado otra consigna. El objetivo sería tomar conciencia a nivel general, que en ese momento se está haciendo un trabajo, como podría estar haciendo un fisioterapeuta, u otro profesional y esto se debe respetar.
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