03 May Hestia Alliance advierte de los riesgos de la automedicación ante la ansiedad
Hestia Alliance continúa profundizando sobre las mejores pautas para la gestión emocional de la situación creada por el impacto del coronoavirus y las medidas aprobadas para contener la pandemia. En esta ocasión, el Servicio de Salud Mental del Grupo quiere hacer hincapié sobre los riesgos de la automedicación en un momento que la ansiedad cobra protagonismo y lo hace de la mano de la doctora Amaia Jamijyan, psiquiatra en Hestia Duran i Reynals, en un vídeo y a través esta entrada.
La ansiedad es una emoción natural que surge cuando nos encontramos sometidos a una situación desconocida, que percibimos como una amenaza para nosotros o para nuestros seres queridos, o en situaciones de sobrecarga. Si bien es una reacción adaptativa que mejora el rendimiento para superar estas situaciones, cuando es demasiado intensa o prolongada en el tiempo puede convertirse en desadaptativa e interferir en nuestro bienestar. En este estado de alarma por Covidien-19 estamos viviendo situaciones que nos generan mucha ansiedad.
La ansiedad patológica se trata con terapia psicológica, terapia farmacológica o una combinación de ambas. Los medicamentos más utilizados para tratar la ansiedad son los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) y las benzodiazepinas. El consumo de benzodiacepinas en nuestro entorno es muy elevado, incluso entre las personas mayores, ya que tienen indicación como ansiolíticos, hipnóticos, relajantes musculares y anticonvulsivantes.
Diacepam, alprazolam, clonazepam, loracepam … Valium, Trankimazín, Rivotril, Orfidal … son benzodiacepinas conocidas por gran parte de la población. La relativa facilidad de acceso (por receta propia o de alguien del entorno cercano) y la rapidez de acción (mejora la ansiedad en minutos) hacen de las benzodiazepinas sustancias de las que se puede hacer un mal uso o un abuso.
La automedicación es una opción que no debería contemplarse nunca. El uso prolongado de benzodiacepinas conlleva riesgo de tolerancia, dependencia y efectos secundarios que pueden ser graves.
- Tolerancia: pérdida progresiva de efectividad que conlleva tener que aumentar la dosis de benzodiazepina para conseguir el efecto buscado.
- Dependencia: necesidad imperativa de tomar la benzodiazepina, adicción. Un tercio de las personas que toman benzodiazepinas durante más de 1 mes pueden desarrollar un cierto grado de dependencia. La interrupción brusca del consumo de benzodiacepinas en una persona en la que se ha establecido una dependencia conlleva la instauración de un síndrome abstinencial con un conjunto de síntomas que van desde ansiedad, irritabilidad o insomnio hasta alucinaciones, convulsiones e, incluso, la muerte.
- Efectos secundarios graves: somnolencia, aumento del riesgo de caídas (sobre todo en ancianos), alteraciones de la memoria, de la atención y de la concentración.
Información de interés en nuestro web y nuestro canal de YouTube
Además del vídeo sobre el abuso de las benzodiacepinas, Hestia Alliance está publicando contenidos de interés para pacientes, residentes, usuarios, familias y profesionales a fin de ofrecer pautas para una mejor gestión física y emocional de la pandemia del Covid-19. Puedes encontrarlos en nuestra web y en el canal de YouTube de Grupo Hestia.
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